Después de todo este tiempo, Kika está tan integrada en la familia, que reconoce las voces. Si la llamas sale de su escondite y viene a lamerte la mano.Un día por la mañana con la primera toma de leche, se puso tan nerviosa que cuando Rosa abrió la gran caja de zapatos, Kika pegó un salto tan fuerte, que casi le da en la cara. Hay veces que Rosa le acerca el biberón y Kika lo coge con fuerza entre sus patas.

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