Kika duerme de día, menos cuando la despiertan para darle el biberón. A las dos semanas seguía engordando normalmente y empezó a hacer su vida de noche.Hasta ahora la casita de Kika había sido una caja de zapatos bien grande acondicionada a modo de madriguera, pero cuando llega la noche…la tapa va fuera. Y Kika sale al exterior con sus ya más desarrolladas patitas de liebre y salta casi de un extremo al otro del sofá de casa. Rosa tiene mucho cuidado y no la deja salir a la terraza porque como animal curioso que es, quiere explorar mundo.

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